Obsolescencia Programada: un fenómeno contemporáneo.
Hace algunos meses atrás el Blackberry era un celular de última moda. Muchos se desesperaban por tener uno en sus manos. Sin embargo al poco tiempo de poseerlo comenzaban los problemas, se les ponían las pantallas en blanco, se les trababan las rueditas, se les agotaban las baterías y muchas otras cosas que hacían que el Blackberry terminara estrellado contra la pared. Esto no se trata de un fenómeno casual. En los últimos años la sociedad ha respondido a esta premisa “…querer tener algo más nuevo, aunque no lo necesite…”, es decir, a la presión del marketing y el consumo. “…Un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios…”. Las fábricas en el siglo XX y principios del XXI- sistema capitalista-comenzaron a poner fecha de caducidad a los productos con el fin de animar el consumo; esto es conocido con el nombre de Obsolescencia Programada. Este fenómeno está acompañado por dos factores que contribuyen a elevar el nivel de consumo. El primero de ellos es la Publicidad, que es una forma de comunicación comercial que incita a consumir a través de los medios de comunicación social; y el segundo es la Moda, que nos va a responder la pregunta que muchos nos hacemos, ¿Por qué a las dos semanas de haberme comprado el Blackberry 9300, salió el 9320? Para poder entender esto debemos explicar las tres bases que conforman la moda. Lo efímero, alusión a lo nuevo, la diferenciación, ampliar la moda a través de los cambios en los productos, aunque sea el mínimo detalle, “lo hicieron más redondo” y por último la seducción, que va por el lado de lo emocional, “me enamoré de este celular por su color”. ¿Ahora entendés por qué sucede esto? La moda nos hace pensar que por más que tengamos un celular que salió hoy, mañana va a ser viejo, “…El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para satisfacer la avaricia de algunos…”- Este sistema consumista aparenta ser inofensivo pero no lo es. Aunque no lo aceptemos, genera desigualdad. …“Cuando no tenés nada, pensás que no valés nada...”, es lo que sienten aquellos que no pueden acceder a lo que se impone, a lo que está a la moda, se quedan afuera de todo. Pero no sólo son problemas sociales, sino también el planeta se ve afectado. Estos productos de “corta vida” cuando se descartan son depositados en países subdesarrollados, principalmente africanos, donde los habitantes del lugar no están incorporados a este sistema consumista. “…Nuestra sociedad está dominada por una economía de crecimiento cuya lógica no es crecer para satisfacer las necesidades, sino crecer por crecer”. Sin embargo cada uno de nosotros podemos oponernos a la moda, el marketing, y al mismo consumismo. Sólo depende de cuánto uno puede ser pensante y reflexivo. El “crecer por crecer” solo nos lleva a ser una sociedad más dependiente. Delfina Longo, Micaela Repetto, Amilcar Bergera.
http://amilauto.edu.glogster.com/consumo/
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