En este blog encontrarán la información más importante de la escuela, desde las voces de los propios alumnos
martes, 18 de septiembre de 2018
¿Verdaderamente avanzamos?
El "avance" del capitalismo , del consumo , el mercado
o economia nos transformaron .
Ahora , ¿para mejor o peor ? . Nosotros , los
consumidores ¿avanzamos? .
Como sabemos , la economia , el consumir , comprar
y el "tener " ha avanzado mucho a lo largo de este tiempo .
Convivimos en una sociedad en la que el consumir constante ya se volvio parte de nuestra rutina .
Compramos para vivir. Vivimos para comprar .
Y asi somos esclavos . Esclavos del empresario que nos genera el deseo de consumir . Que nos seduce
con su publicidad con su "nuevo modelo" , nos seduce con su fabricación constante , somos esclavos del
trabajo que ejercemos para comprar el ultimo modelo
del celular que salió.
El consumo se volvio tan parte de nosotros que
decimos que "avanzamos" cuando obtenemos un auto
0km, cuando compramos una nueva casa porque la anterior "era chica" .
No tenia ningún inconveniente , pero esta es mas grande , más moderna , en fin mejor.
"El cambio multiple e irreversible , la actividad
fragmentada , puede ser comodos para los nuevos
amos del regimen , como la corte de Davos , pero
pueden desorientar a los sirvientes del regimen ".
Sostiene el sociologo Richard Sennet .
Entonces... ¿avanzamos ?
Avanzamos buscando un bienestar económico. Avanzamos buscando un bienestar económico en nuestra vida . Avanzamos construyendo nuestra
identidad a partir de la mirada del otro y del consumo . Esto se aborda bien en el capitulo "caida
en picada " de la serie Black Mirror , en ese episodio la sociedad esta obsesionada por escalar posiciones en
un ranking personal-social a base de las valoraciones .
Aparentemente todos se encuentran felices y educados , pero lo importante siempre es conseguir 5 estrellas . A diferencia de nuestra sociedad ellos no
dependen del dinero , no trabajan para obtener dinero , trabajan
para obtener estrellas .
La protagonista tiene como objetivo pertenecer a una
clase social alta . Lograr la máxima puntuación pero su
deseo se interrumpe y cambia cuando se encontro con una anciana que conducia un camión y le transmitió su renuncia a los puntajes y la libertad que le generaba vivir libremente de eso . Asi nos damos cuenta
que el modelo impuesto por la sociedad ( en la serie la
puntuación alta y en la vida el consumo constante ) no son mas importantes que estar a gusto con nosotros
mismos . Viviendo sin exigencias ni aparentando algo
que no somos . Inspirando a ser mas de lo que somos .
Tendriamos que aprender a conformarnos con lo que
tenemos ( puntuación baja o celular ultimo modelo ) y asi convivir con el bienestar interior y no con el exterior.
Rodrigo Pulero, Enzo Marchisio, Nahuel Scarcelli y Evelyn Di Cunto.
sábado, 8 de septiembre de 2018
Conceptos invertidos y paradojas
Conceptos invertidos y paradojas.
En la materia Taller de Comunicación Institucional y Comunitaria, vimos el film de Pablo Trapero “Elefante Blanco” y se dio como tarea realizar un texto que exprese lo que pensaste y/o sentiste al ver los hechos vislumbrados.
A partir de la película llegue a la conclusión que la gente que vive en la villa tiene sus conceptos invertidos. Hay personas que se arruinan completamente la vida entrando en las drogas, o arruinando la vida de alguien más vendiendo, pero defienden al vendedor porque les da trabajo. También se puede notar como desprecian totalmente a la Policía, y la agreden si tienen oportunidad, porque si, porque molestan. ¿Cómo es que se les cambia el concepto de bien y mal? Crecen en un ambiente donde desde chicos te muestran una realidad invertida, una realidad que nadie quiere ver, nacen en un lugar inhabitable, ven como sus padres o vecinos se drogan, como el de la esquina vende. Su alrededor le transmite el odio hacia los de afuera, hacia la policía. Es obvio que los traficantes de droga no quieren a la Policía, pero defienden a muerte su trabajo, porque consideran que arruinarse la vida o a alguien más es un trabajo como ser panadero. ¡Qué paradoja! Defienden al que oscurece sus futuros. También otro gran chiste cósmico es la Iglesia, no la creencia en sí, sino más bien la institución y las personas que lo ejercen, los de alta posición. En la iglesia la gran paradoja es su dualidad, como algunos les importa sus intereses, o están en contra de actos que ellos mismos practicaron en el pasado en nombre de Dios, y luego está la otra parte que con humildad, y realmente siguiendo lo que su Dios les dio, sin maldad, ayudan al otro sin esperar reconocimientos, ni dinero.
La película muestra todas esas ironías, y no es un mundo aparte, es Argentina, nuestro país. También es cierto que la gran mayoría de las personas tenemos miedo y generalizamos, para todo. Somos conscientes que la mayoría de esos “villeros” son los que roban y matan, pero ¿Qué hacemos con la minoría que realmente quiere salir adelante y no tiene los medios? ¿Lo condenamos a que sea visto como otro chorro? Como para todo lo que ocurre en la gran paradoja que es Argentina, condenamos a la parte sincera entre lo malo, porque se mueve dentro de lo malo. Vemos a un compañero que vive en la villa y estudia en nuestro curso, y todos guardamos bien los celulares, por las dudas. Dudamos de la sinceridad de todas las personas. Partidos políticos, “Se hacen tus amigos para llevarte a las marchas” si, puede ser, pero olvidamos que hay partidos políticos que ayudan en comedores. Olvidamos que no todo está perdido, aunque parezca, aunque lo sintamos así.
El miedo nos abunda, pero se trata de perderlo. Ahora, más que nunca, hay que unirnos y romper esas paredes que nos dividen del otro, y ayudarnos, entre todos. Tener empatía, con el de al lado, con el que no puede y no dejarnos invadir por el rencor del “A mí nadie me regaló nada”, salir de la burbuja, abrir los ojos a otras realidades, practicar la empatía. Cambiar tu forma de pensar para bien, respetar que no todos opinamos igual, escuchar otras experiencias de vida, otros pensamientos, enriquecerse conociendo y haciéndose conocer. Que todo sea mutuo, con respeto y empatía. No todos nacimos en una familia de bien, en un barrio de bien. No todos tomamos buenas decisiones, o buenos caminos. Pero, podemos encaminarnos si nos ayudamos entre todos a salir adelante, porque haciéndolo por separado nunca vamos a llegar a ningún lado. Es mejor que caminar solo, caminar rodeado de gente que tiene las mismas ganas de avanzar que nosotros. Unirnos es la única manera.
En la materia Taller de Comunicación Institucional y Comunitaria, vimos el film de Pablo Trapero “Elefante Blanco” y se dio como tarea realizar un texto que exprese lo que pensaste y/o sentiste al ver los hechos vislumbrados.
A partir de la película llegue a la conclusión que la gente que vive en la villa tiene sus conceptos invertidos. Hay personas que se arruinan completamente la vida entrando en las drogas, o arruinando la vida de alguien más vendiendo, pero defienden al vendedor porque les da trabajo. También se puede notar como desprecian totalmente a la Policía, y la agreden si tienen oportunidad, porque si, porque molestan. ¿Cómo es que se les cambia el concepto de bien y mal? Crecen en un ambiente donde desde chicos te muestran una realidad invertida, una realidad que nadie quiere ver, nacen en un lugar inhabitable, ven como sus padres o vecinos se drogan, como el de la esquina vende. Su alrededor le transmite el odio hacia los de afuera, hacia la policía. Es obvio que los traficantes de droga no quieren a la Policía, pero defienden a muerte su trabajo, porque consideran que arruinarse la vida o a alguien más es un trabajo como ser panadero. ¡Qué paradoja! Defienden al que oscurece sus futuros. También otro gran chiste cósmico es la Iglesia, no la creencia en sí, sino más bien la institución y las personas que lo ejercen, los de alta posición. En la iglesia la gran paradoja es su dualidad, como algunos les importa sus intereses, o están en contra de actos que ellos mismos practicaron en el pasado en nombre de Dios, y luego está la otra parte que con humildad, y realmente siguiendo lo que su Dios les dio, sin maldad, ayudan al otro sin esperar reconocimientos, ni dinero.
La película muestra todas esas ironías, y no es un mundo aparte, es Argentina, nuestro país. También es cierto que la gran mayoría de las personas tenemos miedo y generalizamos, para todo. Somos conscientes que la mayoría de esos “villeros” son los que roban y matan, pero ¿Qué hacemos con la minoría que realmente quiere salir adelante y no tiene los medios? ¿Lo condenamos a que sea visto como otro chorro? Como para todo lo que ocurre en la gran paradoja que es Argentina, condenamos a la parte sincera entre lo malo, porque se mueve dentro de lo malo. Vemos a un compañero que vive en la villa y estudia en nuestro curso, y todos guardamos bien los celulares, por las dudas. Dudamos de la sinceridad de todas las personas. Partidos políticos, “Se hacen tus amigos para llevarte a las marchas” si, puede ser, pero olvidamos que hay partidos políticos que ayudan en comedores. Olvidamos que no todo está perdido, aunque parezca, aunque lo sintamos así.
El miedo nos abunda, pero se trata de perderlo. Ahora, más que nunca, hay que unirnos y romper esas paredes que nos dividen del otro, y ayudarnos, entre todos. Tener empatía, con el de al lado, con el que no puede y no dejarnos invadir por el rencor del “A mí nadie me regaló nada”, salir de la burbuja, abrir los ojos a otras realidades, practicar la empatía. Cambiar tu forma de pensar para bien, respetar que no todos opinamos igual, escuchar otras experiencias de vida, otros pensamientos, enriquecerse conociendo y haciéndose conocer. Que todo sea mutuo, con respeto y empatía. No todos nacimos en una familia de bien, en un barrio de bien. No todos tomamos buenas decisiones, o buenos caminos. Pero, podemos encaminarnos si nos ayudamos entre todos a salir adelante, porque haciéndolo por separado nunca vamos a llegar a ningún lado. Es mejor que caminar solo, caminar rodeado de gente que tiene las mismas ganas de avanzar que nosotros. Unirnos es la única manera.
miércoles, 5 de septiembre de 2018
Vivimos en una sociedad individualista
¿Alguna vez tuviste miedo por cruzarte a un desconocido en la calle? ¿Alguna vez discriminaste la forma de vestir del otro o su forma de hablar? ¿Alguna vez te alejaste de la persona porque tenía mal olor?
Inconscientemente juzgamos y discriminamos a las personas por su apariencia, o de donde proviene, y por el simple hecho de ser “distinto”.
No pensamos que tal vez esa persona no tiene los recursos al igual que nosotros. Que tal vez si tiene su ropa sucia es porque estuvo trabajando todo el día para alimentar a su familia, si una mujer viste algo que está pasado de moda es porque no tiene otra cosa que ponerse y no puede comprar, si no habla adecuadamente es porque no pudo terminar la primaria para poder trabajar.
Miramos hacia otro lado, solo nos fijamos en nosotros, nuestros padres pudieron darnos lo que queríamos (o a lo mejor lo que pudieron) pero nunca nos ponemos en el lugar del otro, lo que nos falta es empatía. Podemos dañarnos con un simple comentario, o una mirada soberbia y con desprecio.
El mundo puede ser otro si hay menos dedos apuntando y más solidaridad.
Un ejemplo de esto es la historia de vida de César Gonzáles, conocido como su nombre artístico Camilo Blajaquis que hoy en día es un poeta y director de cine. Él nació en una villa de Morón, su familia era humilde, el cual era el mayor de ocho hermanos. El luchó contra la exclusión económica, cultural y simbólica. Lo miraban con desprecio, lo llamaban “el negro chorro”. Para sobrevivir robaba, salía a mendigar, revisaba bolsas de basura y juntaba botellas. Ninguna persona hasta ese momento le ofreció ayuda, solo era discriminado por la sociedad.
Todo cambio cuando ingresó a una cárcel (por drogas y delincuencia). Mientras cumplía su condena, gracias a la ayuda de su profesor de taller Patricio Montesano comenzó a acercarse a la lectura y a interesarse por temas políticos, filosóficos y por obras poéticas. Su educador, no solo le enseño, sino, lo cambio como persona.
César Gonzáles: “Yo fui uno de esos pibes que estando preso pudo, paradójicamente despertar. Fue el lugar donde nunca imaginé que iba a encontrar el amor por la vida, por mí mismo, por el otro, y lo encontré en un lugar en donde el amor está prohibido, donde para sobrevivir hay que odiar…” “Creía que todo era odio, hasta que un profesor me dio unos libros y eso me cambió la vida…”
Hoy en día César publica su revista “¿Todo Piola?” en la que participan chicos que antes no sabían ni leer y da talleres de literatura en las Villas.
-“Aporto a que las personas vean de otra manera a un pibe que sale de la villa o de la cárcel” - Camilo Blajaquis.
Con un ¿Te ayudo…? ¿Te enseño…? ¿Necesitas…? Podemos cambiar la mirada y la vida del otro.
Inconscientemente juzgamos y discriminamos a las personas por su apariencia, o de donde proviene, y por el simple hecho de ser “distinto”.
No pensamos que tal vez esa persona no tiene los recursos al igual que nosotros. Que tal vez si tiene su ropa sucia es porque estuvo trabajando todo el día para alimentar a su familia, si una mujer viste algo que está pasado de moda es porque no tiene otra cosa que ponerse y no puede comprar, si no habla adecuadamente es porque no pudo terminar la primaria para poder trabajar.
Miramos hacia otro lado, solo nos fijamos en nosotros, nuestros padres pudieron darnos lo que queríamos (o a lo mejor lo que pudieron) pero nunca nos ponemos en el lugar del otro, lo que nos falta es empatía. Podemos dañarnos con un simple comentario, o una mirada soberbia y con desprecio.
El mundo puede ser otro si hay menos dedos apuntando y más solidaridad.
Un ejemplo de esto es la historia de vida de César Gonzáles, conocido como su nombre artístico Camilo Blajaquis que hoy en día es un poeta y director de cine. Él nació en una villa de Morón, su familia era humilde, el cual era el mayor de ocho hermanos. El luchó contra la exclusión económica, cultural y simbólica. Lo miraban con desprecio, lo llamaban “el negro chorro”. Para sobrevivir robaba, salía a mendigar, revisaba bolsas de basura y juntaba botellas. Ninguna persona hasta ese momento le ofreció ayuda, solo era discriminado por la sociedad.
Todo cambio cuando ingresó a una cárcel (por drogas y delincuencia). Mientras cumplía su condena, gracias a la ayuda de su profesor de taller Patricio Montesano comenzó a acercarse a la lectura y a interesarse por temas políticos, filosóficos y por obras poéticas. Su educador, no solo le enseño, sino, lo cambio como persona.
César Gonzáles: “Yo fui uno de esos pibes que estando preso pudo, paradójicamente despertar. Fue el lugar donde nunca imaginé que iba a encontrar el amor por la vida, por mí mismo, por el otro, y lo encontré en un lugar en donde el amor está prohibido, donde para sobrevivir hay que odiar…” “Creía que todo era odio, hasta que un profesor me dio unos libros y eso me cambió la vida…”
Hoy en día César publica su revista “¿Todo Piola?” en la que participan chicos que antes no sabían ni leer y da talleres de literatura en las Villas.
-“Aporto a que las personas vean de otra manera a un pibe que sale de la villa o de la cárcel” - Camilo Blajaquis.
Con un ¿Te ayudo…? ¿Te enseño…? ¿Necesitas…? Podemos cambiar la mirada y la vida del otro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)