Mi entrevistado el día de hoy es Amilgar Bergera. Tiene 22 años. Actualmente reside en Alberti, aunque no siempre fue así. Hubo un período corto en el que vivió en Chivilcoy, por su carrera como “profesor de educación musical" y cuenta también con un profesorado en guitarra, gracias al conservatorio de Chivilcoy.
Hoy en día Amilcar está estudiando la licenciatura en "Dirección coral" en la Universidad Nacional de las Artes (Buenos Aires).
Hoy en día se encuentra dirigiendo el coro parroquial y trabajando en dos escuelas. Empezó en la escuela de comercio (19 años). En 2019, estuvo trabajando en dos horas en escuelas privadas, enseñando música y como profesor de formación religiosa (Alberti y Bragado).
¿Dentro de 5 años, cómo te ves?
"Aún no lo puedo definir. Yo trabajo y quiero estudiar y seguir perfeccionándome".
"Lo único que puedo asegurar es que la música seguirá estando, cuando dé clases o cuando esté en Buenos Aires"
Hablame de algún reto o conflicto que hayas enfrentado en este trabajo.
"El hecho de tener que concentrarse en el estudio, en poder bancar la carreras y vivir allá"
"Uno se hace una idea real de una clase cuando va al salón, eso también es hacerse en el campo".
Él contó como el coro ayudó para cometer errores y perfeccionarse. Aprendió a buscar respuestas para lograr que el ensayo funcione de otra manera, o el tiempo que tendrían para practicar algo tan delicado como hacer una obra.
Les dejo un cierre con una reflexión de él que me pareció muy interesante.
"Somos personas. Estamos trabajando en contacto con los otros y eso es muy importante, no perder de vista explotar al máximo las posibilidades y potencialidades de cada uno de los integrantes y alumnos".
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